Creo que decidir qué quieres ser de mayor en los últimos años de instituto es, posiblemente, una de las primeras veces en las que muchos adolescentes experimentan esa sensación de vacío, de estar al final de un camino que se bifurca en cientos y no tener claro cuál de ellos te lleva la vida soñada (o esa que te pinta la sociedad).
Muchas de mis compañeras explican que desde bien pequeñas tenían claro que querían ayudar a la gente, ser psicólogas, no es mi caso. Yo me encontraba en ese mar de dudas, como tantos otros.
Es cierto que siempre me había llamado la atención entender el comportamiento humano. Por aquel entonces estaba bastante enganchada a las típicas series policiacas en las que un equipo de análisis de conducta investigaba el perfil psicológico de los delincuentes y gracias a ello, la policía los atrapaba. Pensaba que era fascinante cómo este equipo era capaz de entender la forma de pensar y de comportarse de los maleantes. ¡Entonces decidí que yo quería ser especialista en el análisis de conducta dentro de la policía! Había encontrado lo que me hacía ilusión, recuerdo cómo se lo contaba a mis amigos y estos me contestaban algo como “qué pasada”. Mi emoción seguía creciendo hasta…
Hasta que la vida me dio, lo que yo llamo, un guantazo de realidad. Resulta que, para poder cumplir mi sueño, tenía que medir como mínimo 1,60 para poder entrar en el cuerpo de policía, yo medía 1,57 y con diecisiete años dudaba que estirara más… Así que me tocó cambiar mi rumbo.
Piensa Jessi, piensa… ¿qué es lo que te gusta del análisis de conducta? ¡LA PSICOLOGÍA! Allá que fui de cabeza. Después del grado vino el máster de psicología general sanitaria, después el experto en trastornos de ansiedad y depresión, otro curso y otro… no te quiero aburrir con esta parte.
Lo que yo te quería contar es que a día de hoy, puedo decir que estoy muy orgullosa del camino que tomé en su día. Mi trabajo me permite conectar con la parte más íntima de las personas y aprender de sus historias de vida, mientras que ellas aprenden a cuidarse gracias a los pasos que dan durante la psicoterapia.
Estudiar psicología me hizo ser la persona que soy ahora, entender muchas situaciones de una forma probablemente muy distinta de la que lo haría si no hubiera integrado mi profesión en mi forma de vida. Le debo mucho a esta carrera y, es por esto que, se ha vuelto mi gran pasión difundir estos conocimientos, ayudar a las personas (como tú) a darse cuenta de qué partes de su forma de pensar y comportarse les ayudan a cuidar su salud, cuáles les ayudan a todo lo contrario y cómo mejorar estas últimas.
Si has llegado hasta aquí es que hay algo en tu forma de vivir o en tu vida que te genera dudas, malestar o que, simplemente, te gustaría entender.
Puedes seguir como hasta ahora preguntándote “¿por qué tengo que ser así?, no sé cómo salir de este bucle…” o puedes hacer algo diferente: prueba una sesión conmigo y, si te sientes a gusto, te ayudaré a darle sentido a lo que te ocurre y empezaremos a dar pasos hacia un nuevo camino.